Conoce todos tipos de custodia compartida
La custodia compartida, en el contexto del derecho familiar, es un acuerdo donde ambos padres comparten la responsabilidad de criar a sus hijos después de una separación o divorcio. Existen varios tipos de custodia compartida, cada uno diseñado para adaptarse a las necesidades y circunstancias específicas de la familia.
¿Que es la custodia compartida?
La custodia compartida, es una opción cada vez más común en los procesos de divorcio, representa un cambio significativo en la forma en que se comparten las responsabilidades parentales después de la separación. En lugar de que uno de los padres tenga la custodia exclusiva, la custodia compartida implica que ambos progenitores comparten la crianza y el cuidado de los hijos de manera equitativa.
Esto contrasta con la custodia monoparental, donde uno de los padres tiene la guarda y custodia exclusiva, que tiempo atrás solía darse siempre a la madre.
La custodia compartida puede tomar diversas formas, adaptándose a las necesidades y circunstancias individuales de cada familia. Aquí detallamos algunos de los tipos más comunes:
Rotación de vivienda: En este tipo de custodia, los hijos residen alternativamente en el domicilio de cada progenitor durante períodos establecidos. Por ejemplo, pueden pasar una semana con uno de los padres y la siguiente con el otro. Ambos padres comparten derechos y responsabilidades en igual medida.
Domicilio fijo para los hijos: Aunque menos común, este enfoque implica que los niños residen siempre en el mismo lugar, y los padres se turnan para vivir con ellos según un calendario establecido. Esto puede ser beneficioso para proporcionar estabilidad a los niños, especialmente si están arraigados en su entorno.
Distribución desigual del tiempo: En algunos casos, debido a circunstancias laborales u otras razones, uno de los padres puede pasar más tiempo con los hijos que el otro. A pesar de esta distribución desigual del tiempo, se considera custodia compartida si ambos padres comparten responsabilidades de crianza.
Convivencia conjunta: Esta opción implica que toda la familia, incluidos los padres e hijos, convivan en el mismo domicilio. Requiere una relación sólida y cooperativa entre los padres para garantizar un entorno armonioso para los hijos.
Tiempo de estancia equitativo: En este modelo, los niños pasan el mismo tiempo con cada progenitor, que puede dividirse en semanas, meses o semestres, según lo acordado. Este enfoque busca garantizar que ambos padres tengan una participación activa en la vida de sus hijos.
Custodia simultánea en domicilios adyacentes: Esta situación, es poco común, y implica que ambos padres vivan cerca uno del otro y los hijos puedan estar en cualquiera de los dos domicilios según lo acordado. Requiere una coordinación cuidadosa entre los padres para garantizar una transición fluida para los niños
Consideraciones importantes en cuanto a custodia compartida
Es esencial tener en cuenta varios factores al considerar la custodia compartida:
Informe psicosocial: El informe de expertos puede influir en la decisión judicial, por lo que es importante tenerlo en cuenta al solicitar la custodia compartida.
Distribución del tiempo: La forma en que se divide el tiempo debe adaptarse a las necesidades de los padres y los hijos, incluidos los horarios laborales y escolares.
Solicitud precisa: Es fundamental especificar claramente en la demanda qué tipo de custodia compartida se solicita y por qué se considera en el mejor interés de los hijos.
Modificación de medidas: Si las circunstancias cambian, es posible solicitar una modificación de la custodia compartida.
Custodia compartida, requisitos.
Los requisitos que suele valorar el juez a la hora de conceder la custodia compartida son los siguientes:
Capacidad de los progenitores para cuidar del menor: Ambos progenitores deberán estar capacitados para encargarse del cuidado, asistencia y bienestar de los hijos. Además, es importante que los sistemas educativos empleados por los padres sean similares para no desequilibrar al menor.
Relación de los padres con los hijos durante el matrimonio: Otro de los factores que influyen a la hora de conseguir la custodia compartida es la participación de los padres, antes de la ruptura, en la educación y crianza de los hijos.
Número de hijos: Se procurará no separar a los hermanos al conceder la custodia compartida.
Viviendas estables de los progenitores: Es necesario que las viviendas donde residirán los hijos sean adecuadas para satisfacer sus necesidades.
Distancia entre los domicilios de los padres y el centro escolar: Se considera la distancia y el tiempo de desplazamiento entre los domicilios de los padres y el centro escolar de los hijos.
Entorno social y arraigo del menor: Se valorará que la custodia compartida no suponga una ruptura brusca con el entorno escolar y familiar del menor.
Disponibilidad horaria laboral: Las obligaciones laborales de los padres también se tienen en cuenta, evaluando su horario y capacidad para atender adecuadamente a los hijos.
Estos requisitos generales son considerados por el Juez al decidir sobre la concesión de la custodia compartida, pero pueden variar dependiendo de las circunstancias específicas de cada caso.
En que casos se deniega la custodia compartida.
Hay circunstancias que pueden llevar a que se deniegue la custodia compartida. A continuación, se detallan algunas de las razones más comunes:
Horarios incompatibles con el cuidado: Si los progenitores tienen horarios laborales amplios, rotativos o que requieren viajar frecuentemente, puede llevar a que se deniegue la custodia compartida, si no hay una disponibilidad suficiente para atender a los hijos.
Falta de implicación en el cuidado durante la convivencia: Si uno de los progenitores ha sido el cuidador principal y el otro no ha participado activamente en el cuidado de los hijos, esto puede ser motivo para denegar la custodia compartida. Se busca garantizar que ambos padres estén involucrados en el cuidado de los hijos de manera equitativa.
Necesidad médica de especial estabilidad: Algunos menores pueden tener condiciones de salud que requieren una estabilidad particular en su entorno y rutinas diarias. En estos casos, la custodia compartida podría no ser recomendable si implica cambios frecuentes de domicilio.
Adicciones o conductas inadecuadas de alguno de los progenitores: Si uno de los padres tiene problemas de adicción o conductas inapropiadas que puedan afectar el bienestar de los hijos, la custodia compartida podría ser denegada para garantizar su seguridad y bienestar.
Condena por violencia de género: En casos donde uno de los progenitores tenga antecedentes de violencia de género, se deniega la custodia compartida para proteger a los hijos de cualquier riesgo potencial.