Diferencia entre separación de bienes y capitulaciones matrimoniales

A la hora de contraer matrimonio, existen diversas decisiones que las parejas deben tomar para asegurar un buen futuro en común.

Uno de los aspectos más importantes y, a menudo, menos discutidos es el régimen económico matrimonial.  Este conjunto de reglas determina cómo se administrarán los bienes y las deudas de la pareja, tanto durante la unión como en caso de separación o divorcio.

En este ámbito del derecho marital nos encontramos con los conceptos de separación de bienes y de las capitulaciones matrimoniales, que procedemos a explicar a continuación.

Las capitulaciones matrimoniales son acuerdos legales mediante los cuales una pareja, ya sea antes o después de casarse, establece las normas que regirán su vida económica en común.

A través de este documento, los cónyuges pueden determinar cómo se gestionarán sus bienes, tanto los que posean antes del matrimonio como los que adquieran durante él. Además, las capitulaciones permiten establecer medidas económicas para una posible separación, divorcio o el fallecimiento de uno de los cónyuges, protegiendo así el patrimonio de cada uno y garantizando una distribución justa de los bienes.

Una de las principales utilidades de las capitulaciones matrimoniales es la posibilidad de optar por un régimen de separación de bienes, en lugar de acogerse al régimen por defecto en la mayoría de las comunidades autónomas de España, el de gananciales.

Según el artículo 1.316 del Código Civil, "a falta de capitulaciones o cuando éstas sean ineficaces, el régimen será el de la sociedad de gananciales", lo que significa que todos los bienes y deudas adquiridos durante el matrimonio se consideran comunes, repartiéndose a partes iguales en caso de divorcio. Sin embargo, muchas parejas prefieren establecer un régimen económico de separación de bienes para preservar la autonomía financiera de cada cónyuge.

El régimen de separación de bienes, descrito en los artículos 1.437 y 1.438 del Código Civil, implica que cada cónyuge conserva la propiedad y administración exclusiva de los bienes que posea antes y durante el matrimonio. Además, ambos contribuyen a las cargas del matrimonio en proporción a sus ingresos. Esto asegura que, en caso de divorcio, los bienes no se dividen equitativamente, sino que permanecen en poder de quien los adquirió.

Por tanto, la diferencia clave entre las capitulaciones matrimoniales y la separación de bienes radica en su categoría. Las capitulaciones matrimoniales son el acuerdo global que permite regular todos los aspectos económicos del matrimonio, incluyendo el régimen económico escogido, ya sea el de gananciales, separación de bienes o incluso el menos común régimen de participación.

La separación de bienes, en cambio, es un tipo específico de régimen económico que puede ser acordado mediante dichas capitulaciones.


¿Cómo hacer la separación de bienes?

Optar por un régimen de separación de bienes implica seguir un proceso legal que, aunque no es complicado, requiere cumplir ciertos pasos para que tenga validez y sea efectivo.

  1. Asesoramiento legal:
    Lo primero que deben hacer los cónyuges es consultar con un abogado especializado en derecho familiar. Este profesional les explicará las implicaciones legales y económicas de optar por la separación de bienes. Es fundamental que ambos comprendan claramente las consecuencias de esta decisión antes de proceder.

  2. Redacción de capitulaciones matrimoniales:
    El abogado se encargará de redactar un documento de capitulaciones matrimoniales, donde se establecerá el régimen de separación de bienes. En este documento se especificará que cada cónyuge mantendrá la propiedad de sus bienes y administrará de manera independiente su patrimonio y sus deudas.

  3. Firma ante notario:
    Una vez redactadas las capitulaciones matrimoniales, ambos cónyuges deberán firmarlas ante un notario. 

  4. Inscripción en el Registro Civil:
    Después de firmar el documento, este debe ser inscrito en el Registro Civil correspondiente. Este paso es esencial para que el régimen de separación de bienes sea oficial y vinculante ante la ley. Si no se registra, el acuerdo no tendrá efecto legal.

    Es importante señalar que las capitulaciones matrimoniales pueden establecerse tanto antes como después de contraer matrimonio. Si se hacen una vez casados, es posible que se deba proceder con la liquidación del régimen de gananciales previo, lo que puede añadir ciertos trámites adicionales.

Capitulaciones matrimoniales: cómo y por qué hacerlas.

Las capitulaciones matrimoniales son el instrumento legal que permite a las parejas personalizar su relación económica dentro del matrimonio. A través de ellas, se puede optar por la separación de bienes o por otros regímenes económicos que se adapten mejor a las circunstancias particulares de cada pareja.

  1. ¿Cómo hacerlas?
    El proceso para realizar capitulaciones matrimoniales es relativamente sencillo, pero requiere la asesoría adecuada. En primer lugar, los cónyuges deben acudir a un abogado que les guiará en la redacción del acuerdo. Este debe detallar de manera precisa cómo se gestionarán los bienes, deudas y otros aspectos patrimoniales durante el matrimonio, y qué ocurrirá en caso de divorcio o fallecimiento.

    El siguiente paso es formalizar este acuerdo ante notario. Al firmarlo en presencia de un notario, el acuerdo se eleva a escritura pública, lo que le otorga validez legal. Finalmente, es indispensable inscribir las capitulaciones matrimoniales en el Registro Civil para que surtan efecto.

  2. ¿Por qué hacerlas?
    Las capitulaciones matrimoniales ofrecen numerosos beneficios. Para las parejas que desean una mayor independencia financiera, este acuerdo les permite optar por un régimen de separación de bienes. Esto garantiza que cada cónyuge administre sus bienes y deudas de manera autónoma, protegiendo su patrimonio personal.

Además, las capitulaciones matrimoniales también pueden ser útiles para proteger herencias familiares o negocios propios, evitando que estos se mezclen con los bienes comunes. También ayudan a prevenir posibles conflictos futuros al dejar claras las reglas económicas dentro del matrimonio.


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