Mi empresa no me paga, ¿Puedo negarme a trabajar?

La situación en la que un trabajador no recibe su salario es absolutamente injusta además de devastadora, tanto emocional como financieramente.

Ante esta circunstancia, muchos trabajadores se preguntan si están obligados a seguir trabajando o si pueden negarse a acudir al puesto hasta recibir su nómina.

La respuesta legal a esta interrogante es compleja y, aunque pueda parecer lógico no trabajar si no se recibe el pago acordado, la ley recomienda actuar con cautela.

Legalmente, no es recomendable dejar de acudir al trabajo por la falta de pago. A pesar de que existen sentencias judiciales que avalan que el cese en la prestación de servicios no implica necesariamente la ruptura del contrato laboral por parte del trabajador, como es el caso de la sentencia del Tribunal Supremo 4023/2009, estos casos son excepcionales.

En estos supuestos, los tribunales han considerado que el trabajador puede dejar de prestar sus servicios si continuar haciéndolo afecta gravemente su dignidad profesional. Ejemplos de estas situaciones incluyen malos tratos o el impago continuo de salarios, circunstancias que vulneran la integridad del trabajador.

Sin embargo, la regla general es que el trabajador debe seguir cumpliendo con su obligación laboral mientras no exista una sentencia judicial que le permita cesar en sus funciones. Si el empleado decide no presentarse a trabajar sin seguir el procedimiento legal adecuado, la empresa podría interpretar su ausencia como un abandono del puesto. Esto podría tener consecuencias graves, como el despido disciplinario procedente, lo cual no solo implica la pérdida del derecho a indemnización, sino también la imposibilidad de solicitar prestaciones por desempleo.

Si el impago persiste, es importante que el trabajador no tome medidas unilaterales, sino que actúe siguiendo los cauces legales establecidos.

El artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores permite solicitar la extinción del contrato laboral en caso de impagos reiterados, con derecho a la indemnización correspondiente a un despido improcedente.

En resumen, aunque dejar de trabajar sin recibir salario parece razonable, hacerlo sin respaldo legal puede poner en peligro los derechos del trabajador. La mejor opción es recurrir a las vías legales para reclamar el salario adeudado, como la denuncia ante la Inspección de Trabajo o la solicitud de la resolución del contrato, sin dejar de cumplir con las obligaciones laborales.


¿Qué hacer si no me pagan la nómina completa?

Cuando una empresa no paga el salario completo de sus empleados, el trabajador tiene derecho a reclamar las cantidades adeudadas. El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 29, establece que el empleado puede exigir no solo el pago del salario pendiente, sino también un 10% de interés por demora.

Sin embargo, es fundamental actuar dentro del plazo legal, ya que el derecho a reclamar prescribe al cabo de un año desde que debió haberse recibido el salario.

El primer paso que se debe seguir es comunicar de manera formal el incumplimiento a la empresa. Esto puede hacerse a través de una carta, preferiblemente por burofax, para tener constancia de la reclamación.

Si la empresa sigue sin cumplir con el pago, el trabajador puede interponer una denuncia ante la Inspección de Trabajo, organismo encargado de investigar y sancionar las infracciones laborales.

Además, si el impago es recurrente o se considera grave, el trabajador puede acudir a la vía judicial. Para ello, deberá presentar una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) como paso previo a la demanda judicial.

Este proceso busca llegar a un acuerdo entre ambas partes sin necesidad de juicio. Si no se logra conciliar, el trabajador podrá interponer la demanda ante el Juzgado de lo Social para exigir el pago total de las cantidades adeudadas.


Procesos para denunciar a una empresa por impago.

El proceso para denunciar a una empresa por impago de salarios comienza con la presentación de una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de la comunidad autónoma correspondiente.

Esta es una etapa obligatoria antes de iniciar acciones judiciales, cuyo objetivo es llegar a un acuerdo entre trabajador y empleador sin la necesidad de ir a juicio. Si el empleador no se presenta o no se alcanza un acuerdo, el trabajador queda habilitado para presentar una demanda judicial.

El siguiente paso es interponer la demanda ante el Juzgado de lo Social. En este documento, el trabajador deberá exponer detalladamente las cantidades adeudadas, la fecha en la que debieron haberse abonado, y la falta de cumplimiento por parte de la empresa. Es recomendable adjuntar pruebas como recibos de nóminas anteriores, comunicaciones con la empresa, y cualquier otro documento que acredite la relación laboral y el incumplimiento de pago.

Una vez presentada la demanda, el juez citará a ambas partes a un juicio, donde se presentarán las pruebas y se valorarán las circunstancias del caso.

En caso de que el juez falle a favor del trabajador, la empresa deberá pagar las cantidades adeudadas, así como el interés de demora. Además, si el trabajador solicita la extinción del contrato debido al impago, la empresa también deberá indemnizarlo como si se tratara de un despido improcedente.

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